

Y no me refiero a moda, ni a tendencias, ni nada parecido...sino al verde del campo. La tarde del sábado tuvo nombre propio, PASEO, unas pipas, una coca-cola y muchas risas por el camino. Tardamos una hora en subir, son unos tres kilómetros cuesta arriba, sudamos la gota gorda, pero las vistas valían la pena.
Seguramente habrá sitios más bonitos, más floridos y espectaculares...pero a mí este rincón de Extremadura, me parece lo mejor.
Feliz comienzo de semana.